domingo, 20 de septiembre de 2009

BITÁCORA DE NAVEGACIÓN REGRESIVA

DÍA SEIS

El Capitán De´Lira y su Primer Admirante a bordo en preparación para abordar la Isla de los Efebos...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pirata, ¿Acaso no ha tenido sufiente con haberse devorado el ganado de Helios? Nadie le hizo la herida, eso lo confirmo yo ante los dioses, ya que lo vi con mis propias orbitas; sólo usted y Nadie. Cuidado con los efebos, no vaya usted a conocer a Jacinto y entonces si, se jodio la cosa, usted creyendo ser pirata y enamorandose del efebo Jacinto, ni hablar de Bagoas el eunuco. Tenga cuidado pirata con el doble filo de su espada, ya que tengo entendido un filo es para cortar la carne, y el otro las plumas de sus alas. No vaya más álla, se lo recomiendo. Sin embargo entiendo el porque de su confusa identidad, que más quisiera darle esquina y doblegar a Helios con viento a favor en sus velas para alcanzar a Ulises ¿Sigue buscándolo?...Pero mis rumbos son otros, pero auguro que en el próximo plenilunio podré admirarlo (a)? de nuevo. No busco efebos, busco ninfas. Ninfas marinas como una que se me escapo a la Iberia, la busco en la caja de coral del Poseidon, sin embargo creo que ha sido entregada en sacrificio al Kraken. Ni hablar, lo bueno que aún hay Gracias y Horas que disfrutar.

!Levante anclas!

Carla Patricia Quintanar dijo...

Hermosas son vuestras palabras, en verdad; se os nota lo poeta... Pero cómo puedo confiar en vuestros designios si os ocultáis tras el anonimato? Doble filo tiene mi espada, mas no mi ánima que sólo tiene un rostro para sostener su palabra... Amor, habláis de amor vos que no comprometéis vuestro nombre en lo que tan confiado aconsejáis? Desenvainad, vive Dios, que aún corre la fiebre por las arenas movedizas de mi sangre en duelo...

"Si la vida se deja, yo le meto mano". Primer Admirante a Bordo de Nave Nodriza: Pirata Cojo.

Anónimo dijo...

Cierto, di por entendio que mis palabras fuesen mi presentación. Soy su caballero dual, el de las dos caras; doblemente anónimo. Me da pena que su sangre siga espesa, que más quisiera aminorar la carga por su torrente y borrar el duelo que arrastra por sus venas; también siento que haya transcurrido el tiempo, y sea hoy, cuando leo su duelo. ¿Sigue en duelo? A lo mejor ha pasado demasiado tiempo y ya lleva navegante de arterias, explorador de aortas. Sabe bien quien soy; su fiel admirador.