miércoles, 27 de agosto de 2008

EPÍSTOLAS DE AMOR A LA DISTANCIA XXXI

Domingo 24, agosto

Queridas magas de la oscura sábana de la noche:

El calor infernal de Álamo es poco frente al humor del día pleno.

El Saltimbanqui Real Erre ha convocado a los escultores A y M para apoyar la faena previa al ritual; llega también, proveniente de las tierras de Tuxpan, el escriba P, quien ha de dar fe de la acción.

La Madre Superiora organiza los enseres para el sacrificio; con suma parsimonia anuda el cordel para tejer la red donde mis pasiones han de ser atrapadas. Mientras, yo rezo mis votos sacrifícales: instruyo en la palabra a un pequeño grupo congregado en la creación.

Una vez concluida la ceremonia previa, es horario del sagrado alimento. Exquisitas viandas nos son concedidas: mondongo y bocalitos; licuado de tamarindo con leche evaporada, a punto de nieve.

Llega la hora marcada para la prueba de fuego para los gobelinos bordados. Las sábanas como mantras al viento. Una especie de murmullo cuando la gente comienza a llegar a la plaza y van acercándose a las tramas. Yo, al centro, en el kiosco.

Queridas: no puedo describir la experiencia. Entre las benditas sábanas he nacido al fin. El pueblo ha leído la palabra y con ellos encarno el encuentro divino de la creación. Son mis entrañas las que penden, vienen y van como un oleaje místico. Es mi sangre la tinta en letra. Son mis oraciones vueltas manto en susurro. En ellas he muerto y he debido llegar al otro lado del mundo para tejer el capullo y al gestar de plenitud mis alas.

Mucho he pensado en ustedes, preciosas joyas de mi alma; porque de pronto ha sido gozo y sonrisa, arrebato y placer la fiesta alrededor; y ha sido de ustedes y en ustedes la noche de la iniciación.

La Madre Superiora ha estado conmigo en todo momento, satisfecha de su labor. Y vamos a brindar un dulce néctar de fraternidad, y en magia envuelta la noche nos sorprende el cansancio de la satisfacción, postradas en cumplimiento de labor.

La esencia del señor B ha pasado por mi lado, mientras mi cuerpo se llenaba de espíritu y mi ánima volvía en sí. Apenas un soplo de quien ha de ser, pues el milagro se ha obrado: he dejado de adorar imágenes falsas. Porque sabed, queridas, sabedlo con dicha y cantadlo al mundo, que esta gloria es amor: he sido plena sin hombre y aún así le he dedicado a uno mi alegría de ser, sin importar que Nadie lo sepa, sin que Nadie lo escuche en susurro de mi voz nocturna, pues es mi placer divino pensarle sin malicia, pensarle en callada bendición por la suya plenitud también y agradecida a Dios por la inspiración que él genera en mí, la cual recibo en humildad.

Brujas de la noche Nix: todo está cumplido.

Plena de mí. Señora C.

2 comentarios:

Ileana Cruz dijo...

Querida amiga, con lágrimas llenas de emoción, de gratitud y alegría escribo estas líneas. En mi nombre -y no me equivoco al pensar que en el de todas las Chicas Nix- agradezco la oportunidad de encontrarnos en estos momentos de plenitud, dicha y creatividad, por la complicidad que abarca desde el arte hasta las decepciones, desde crianza de niños y perros hasta palabras de éter en la madrugada.

Justo es que vivas sin apegos, dicen los maestros que es la verdadera forma de Amar. Largo fue el camino, pero has llegado a la tierra prometida: vives en paz, en este momento.

Llevo el día entero volando sostenida con esa energía sutil que la creación provoca, y te supongo suspendida más alto aún, estrenando tus alas que llevan años ya creciendo y haciéndose bellas letra a letra, signo y adjetivo como elementos. Vamos, vuela, que acá sigo -acá seguimos- cerca, unidas por el fuego de manzana.

Namasté con mucho mucho amor y agradecimiento a los Dioses.

Ileana Cruz dijo...

Y en respuesta a vuestras letras en mi rincón:

Querida señora, guardo la compostura, busco hombre de letras que quiera sumarse al aquelarre como uno más de los ingredientes a tan noble festín.

Agradezco sus oraciones, que paz le hace falta a la mente inquieta, presa de demonios y pesadillas de bruma y dientes enemigos.

Me preparo pues, para el tiempo de recogimiento ante el noble papel que me tocará desempeñar.

Abrazo de buganvilla y belén en flor